miércoles, 11 de febrero de 2009

1. Establecer normas en el aula

El establecimiento de acuerdos, de pactos de aula, de consecuencias ante las faltas, facilita la sana convivencia y el desarrollo de los procesos orientados al ejercicio conciente de la responsabilidad, el respeto y el reconocimiento de los límites.

2. Hacer que el estudiante sea constructor de su propio Aprendizaje

Brindarle las oportunidades y mostrarle las herramientas involucrándolo de manera permanente en la construcción de su conocimiento nos permite hacer de ellos seres competentes, auto críticos, con capacidad para desenvolverse en los diferentes contextos.

3. Reconocer los avances, habilidades y destrezas de los estudiantes de manera contínua

El reconocimiento y el estímulo constante fortalecen a los estudiantes en términos afectivos y pedagógicos haciendo de ellos estudiantes reflexivos, críticos, participativos.

4. Planear con intencionalidad

Diseñar una planeación evita la improvización, la indisciplina en el aula y además nos permite hacer un seguimiento a los procesos desarrollados.

5. Crear ambientes propicios

Garantizar el bienestar, la comodidad, la confianza y seguridad, son elementos fundamentales para favorecer el desarrollo de prácticas pedagógicas efectivas y eficientes.

6. Hacer uso de recursos

Los medios audivisuales, la múscia, el teatro, los videos, las TIC en general, distensionan el ambiente y promueven la participación activa y la relación con experiencias significativas.

7. Hacer uso de un lenguaje claro y sencillo

Tener en cuenta el nivel académico, las condiciones del grupo y las características particulares de los estudiantes, es importante a la hora de dirigirse a ellos.